La osteopatía es una medicina manual. Tanto para el diagnóstico como para el tratamiento nos valemos de las propiedades del Mecanismo Respiratorio Primario (MRP).
El MRP es un movimiento, una fluctuación, de expansión y relajación que se produce en todo el cuerpo, a través de los sistemas tisular, membranoso y fluídico; sucede rítmicamente, de modo automático e inconsciente. Se expresa de forma sutil, y a la vez contiene toda la potencia vital para mantener y organizar la salud de nuestro organismo (homeostasis).
La osteopatía se apoya en la anatomía y la fisiología, y en una doctrina de tres principios:
– Globalidad: el ser humano es un todo, influido por su entorno. Cualquier problema a cualquier nivel repercute en todo el cuerpo.
– Autocuración: capacidad del organismo para restablecer o mantener su estado de equilibrio. La memoria del buen funcionamiento está impresa en cada célula del cuerpo, por tanto en sus estructuras. El movimiento es continuo buscando siempre la homeostasis.
– La relación estructura/función: toda estructura viva (hueso, músculo, víscera, glándula, nervio…) se mueve. Cuando un elemento del ser humano pierde algún grado de su movimiento, la función que depende de él se verá dificultada. Si la disfunción no se resuelve, la estructura acabará alterándose y viceversa. A su vez, el cuerpo tendrá que compensar estas alteraciones, y aparecerán síntomas a distancia.