Origen de la osteopatía

La osteopatía es obra de un médico americano de finales del siglo XIX: Andrew Taylor Still (1828-1917). Médico de su tiempo, su incapacidad por salvar a su familia (en pocas semanas perdió 4 hijos, 3 por meningitis cerebroespinal y una por neumonía), y su experiencia cruenta como médico militar, le impulsaron a investigar nuevos y mejores métodos curativos. Tras décadas de investigaciones personales, y estudio profundo de la anatomía y fisiología, desarrolla el método osteopático, una corriente terapéutica basada en la estimulación de los sistemas curativos que posee el propio cuerpo. Lo aplica por primera vez en 1874. En 1892 funda la primera escuela de osteopatía del mundo: “The American School of Osteopathy” en Kirksville-Missouri, donde aún existe.

Inseparable de Still en el concepto y desarrollo de la osteopatía está William Garner Shutherland (1873-1954), persona clave para la osteopatía. Sus investigaciones le llevaron a descubrir una movilidad pasiva entre los huesos del cráneo, que en sincronía con el resto del cuerpo, le hizo pensar en algo que Still ya intuía. Lo llamó impulso rítmico craneal (IRC), y así descubrió el mecanismo respiratorio primario (MRP), un sistema interconectado de tejidos y fluidos.